Modelación
La importancia de la estadística aplicada en el desarrollo de investigaciones se ha expandido a diferentes campos de estudio y cada vez son más utilizados para generar muestreos, modelos de simulación, modelación estadística y análisis de datos.
Un modelo es una representación formal de un sistema real, con el que se pretende aumentar su comprensión, hacer predicciones y ayudar a su control. Los modelos pueden ser físicos (descritos por variables medibles), análogos (diagrama de flujo) y simbólicos (matemáticos, lingüísticos, esquemáticos). Los modelos matemáticos o cuantitativos son descritos por un conjunto de símbolos y relaciones lógico–matemáticas.
Los modelos son abstracciones de la realidad y nos obligan a enfrentar los resultados de las suposiciones estructurales y dinámicas que se han hecho en las abstracciones (Oviedo, Camargo y Narváez, 2010).
Cuando se habla de distribución deben distinguirse dos categorías diferentes: la real (también llamada ocurrencia) y la potencial. La distribución real se refiere a los sitios en los que se han observado o colectado individuos y la distribución potencial hace referencia a las áreas que tienen condiciones ambientales muy similares a los sitios donde se encuentran actualmente las especies.
Los modelos de distribución de especies pueden generarse, en principio, con cualquier clasificador estadístico apropiado para el tipo de variable modelizada, dicotómica si tenemos datos de presencia/ausencia y continúa si son datos de abundancia (Mateo et al, 2011).
Las causas y consecuencias de la deforestación y los cambios de uso del suelo requieren ser analizados en diferentes escalas geográficas con técnicas modernas que faciliten el análisis de forma rápida y eficaz, esto por medio del uso de varias técnicas como el uso de fotointerpretación, análisis de imágenes de satélite y trabajo de campo.
En este caso se optó por usar un programa que cumpliera con las característica de análisis, en el que destaca el programa TerrSet, el cual es un software de análisis con la capacidad de generar escenarios futuros, solicitando datos de entrada de tiempos anteriores aunados con detección de zonas de transición, factores endógenos y exógenos que influyan en el comportamiento del cambio de uso de suelo, en la que puede destacar las carreteras, asentamientos humanos, bancos de material, altimetría, veredas, plagas, incendios y hasta las reforestaciones, entre los más importantes. Como resultado de esta información se generaron 3 proyecciones para los años 2030, 2045 y 2060.